Experimental
2023
Ciudad de México
About "El Organillo" Pavilion
"El Organillo" is a pavilion that pays homage to the iconic street organ, a beloved instrument in Mexico City. Its structure is organized into a formation of 24 pipes (6-meter PVC pipes for sewer systems), creating a pixelated representation of the historical buildings found in the area where it is located.
The pavilion abstractly references three key moments in Mexican architecture: pre-Hispanic, colonial, and modern architecture. The aim is to commemorate the city within the context of the festival, celebrating the activities and events that occur during this time.
The 24 pipes are segmented into 98 pieces at varying distances, creating an interior space that frames views of Alameda and its surroundings. This arrangement generates an interplay of light and shadows, enhanced by the cylindrical components of the pavilion.
The large 5-meter-high vaulted ceiling invites visitors to pause within, offering a space for reflection and connection with the environment. It creates an atmosphere that blurs the boundaries between the interior and exterior.
The pavilion proposes an effective assembly solution, utilizing simple tools such as saws, butterfly nuts, and aluminum studs to connect its pieces. This design allows for easy assembly and disassembly, making the pavilion transportable, reconfigurable, and recyclable for future purposes.
Sobre el Pabellón "El Organillo"
"El Organillo" es un pabellón que hace alusión al instrumento popular en la Ciudad de México. Su estructura se organiza en una formación de 24 tubos (tubos de PVC de alcantarillado de 6 metros), provocando una pixelación de los arquetipos de las edificaciones históricas del entorno.
El pabellón abstrae tres hitos de la arquitectura en México: la arquitectura prehispánica, la arquitectura colonial y la arquitectura moderna, con el propósito de conmemorar a la ciudad durante el marco del festival y promover las actividades y eventos que se generan alrededor de estas fechas.
Los 24 tubos se recortan en 98 piezas a distancias variables, generando un espacio interior que enmarca las vistas de la Alameda hacia su periferia. Esta disposición crea un juego de luces y sombras gracias a los componentes cilíndricos del pabellón.
La gran bóveda de 5 metros de altura invita a los visitantes a detenerse en su interior, ofreciendo un espacio para la reflexión y la conexión con el entorno. Se genera una atmósfera que diluye los límites entre el interior y el exterior.
El pabellón propone una solución eficaz en su ensamblaje, utilizando herramientas sencillas como seguetas, tuercas de mariposa y espárragos de aluminio para unir sus piezas. Esto permite un montaje y desmontaje eficiente, haciendo que el pabellón sea fácilmente transportable, reconfigurable y reciclable para futuros fines.